Salpicadas por toda la librería he encontrado algunas cajas llenas de papeles, folletines y revistas viejas. Según me cuentan mis tías, pertenecieron a la librería de mi abuelo. Decenas de cajas como ésta las repartieron entre diez hermanos. Algunos libros destazados quedaron repartidos en varias cajas. Mis tías han contemplado la posibilidad de hacer una reunión familiar con la intención de reunir los pedazos de libros e intentar completar alguno, como si fuera un rompecabezas. Después de platicar con ellas me di a la tarea de abrir una para ver con qué me encontraba.
Hasta arriba había un ejemplar encuadernado en pergamino, el cuarto tomo de los sermones del ilustrísimo señor don Juan Bautista Massillon. Un ejemplar sin importancia para mí, excepto por las tripas que se encontraban en él: cinco estampas, láminas sueltas de algunos libros que mi abuelo solía juntar. En las visitas que hacía a la librería de mi abuelo, algunas veces me regaló sobres con este tipo de estampas. Los conservo con mucho cariño.
Un montón de boletines de Hacienda, de la Secretaría de Fomento, del Archivo General de la Nación e informes gubernamentales de todo tipo: inventarios sobre el petróleo, sobre las deudas contraídas con países europeos, y datos por el estilo. ¿Comprará alguien todo esto? Ahora estamos completando la colección del Boletín del Archivo General de la Nación primera y segunda serie, me gustaría saber cómo haremos para vender todo lo demás.
Me gustan especialmente por su diseño. Es un catálogo de recursos de las mejores imprentas: Las de Vicente García Torres, Ignacio Escalante, Francisco Díaz de León, Ignacio Cumplido, Ireneo Paz, Vanegas Arroyo, Abadiano Valdés, La viuda de Murguía. Habría que hacer una historia visual de esas imprentas. Con las cajas que dejó mi abuelo hay suficiente material para hacerla.
Entre las obras también hay papeles arrugados, pedazos de cosas. Algunas interesantes obras antiguas de derecho, todavía impresas en papel de trapo.
Hay también un libro escolar, Cuadros morales, dejo acá una página dedicada a La Vagancia.
Hay varios ejemplares de The Illustrated London News, de 1954. Parecerían anteriores por sus diseños victorianos.
También cuatro ejemplares de la revista francesa PROA, dedicada a la segunda guerra mundial. Llena de fotografías de las hazañas francesas en las campañas bélicas.
México, historia, turismo y costumbres, con bonitas fotos de nuestro país. Me llamaron la atención las imágenes de las colonias Roma y Condesa. Vacías de construcciones y llenas de palmeras. Las fotografías son de México Fotográfico, 24 años fotografiando toda la República Mexicana cooperando así a la campaña Pro-Turismo. A cien pesos el millar de Postales.
Una tabla francesa de minerales.
Un cuadro sinóptico de la participación de México en la guerra, muy divertido de leerse.
Geditche, poemario alemán de 1796 de Gottfried August Bürger.
La revista española Nuevo Mundo, ¿de quién será la portada?, y una serie de pasatiempos ganadores de un concurso cuya solución no logré resolver.
De mis favoritos: dos ejemplares de la revista de ciencias Cosmos. Detalla los últimos avances científicos, como la inmersión de cadáveres en baños galvánicos. No entendí bien con qué fin, pero parece que fue una práctica novedosa para estudiar la electricidad y su conducción. No en balde Frankenstein. Contiene también dos litofotografías de las grutas de Cacahuamilpa, una serie de trucos de magia basados en fenómenos científicos y un reportaje sobre las fotocronografías.
Recomiendo ampliamente que lean esta imaginación sobre el futuro de los hilos eléctricos. Más allá del teléfono, en esta revista Cosmos se imaginaron el teleteatro, para escuchar a distancia una obra completa, el teleambigú, para disfrutar de conversaciones posteriores a la obra, el telekiss, para dar besos a distancia, y hasta el teletrompis, por si el beso no fue de su agrado.
Esta compilación de los artículos de Antonio Manero referente a Carranza y su participación en las guerras de Revolución me llama la atención porque tiene notas en las que reconozco la letra de mi abuelo: señalan que el libro está completo. Con la clave que usó en sus libros (MARIN LOPEZ) está el precio: NL LZZ: $56,600.00 pesos.
Hay entre más papeles y papeles una tabla de tiempos y distancias en carreteras mexicanas, un portadilla suelta y una cromolitografía en cuyo pie se puede leer: Y cogiéndola del brazo, tomó un candelero y la llevó delante de un espejo.
Demasiado para una pequeña caja de papeles.
Las fotos son de César Franco
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